A veces los datos molestan y mucho. Por eso las agencias hemos tenido que cambiar la palabra "Auditoría" por "Evaluación". A veces los datos duelen porque nos ubica en un punto en el que no sabíamos que estábamos (o que no queríamos saber). Las métricas te posicionan (lo quieras o no) y te permiten saber el horizonte próximo de las acciones que llevas, te permiten medir el riesgo, la diversidad, la reputación, la experiencia, el grado de tu Alcance 3, etc. etc.
Siempre he admirado cómo detrás de cada idea y de cada iniciativa, existen personas líderes que se atreven a dar ese salto al vacío gracias a su olfato y experiencia. Los que les observamos desde la proa (trinchera, equipo, tropa, comunidad o como queramos llamarle) debemos ser capaces de dar, apoyar y de facilitar toda la información para que "ese olfato" brille, haga su magia y podamos aprender para el futuro. A veces nos toca liderar, a veces nos toca secundar y en todo ello hay datos (que molestan a unos y/o a otros).
Lo importante (y esto no es nada nuevo) es poner los datos en beneficio de todos pero ¿cómo lograrlo si una métrica o un KPI muestra un contraste en dónde unos se diferenciarán de otros? ¿Cómo permitirnos mostrarnos por debajo o expuestos a nuestra gestión? Con miedo, con valentía y con la madurez suficiente para responsabilizarte de los temas que tienes que hacer. No es "¿en qué te puedo ayudar?" (dándole la responsabilidad y carga a la otra persona), sino "Me toca (a mi liderar esto) y pediré ayuda en lo que no entienda o controle". Solo así podremos superar la barrera de "pasar inadvertidos en el caos" y asumir las responsabilidades del liderazgo que nos compete.
Algunas veces nos tocará liderar en temas que nos apasionan (y que controlamos) y a veces nos tocará liderar en temas que nos molestan pero tienen la misma importancia para el entorno en el que nos desenvolvemos. Y en cualquier de ambas opciones existen métricas.
Si has llegado hasta aquí, esta reflexión parece sacada de un entorno corporativo o político, pero en todo momento he reflexionado sobre un entorno social, familiar y equitativo que busca la diversidad, igualdad e inclusión en todos sus aspectos. Cuando digo que los datos a veces nos incomodan, me refería que:
- A pesar de las victorias obtenidas, el deporte femenino solo tiene un 29% de cobertura mediática frente a los deportes masculinos, según el reciente informe de "La visibilidad de las mujeres deportistas en los medios de comunicación” organizado por APPLE TREE y Rebold.
- Solo 2 mujeres entre los ejecutivos mejor pagados de las empresas del Ibex35, según el informe "Los sueldos de los ejecutivos del IBEX35 en 2023" de la CNMV.
- Solo el 3% de los anuncios, muestra a mujeres divirtiéndose, según datos recogidos en el libro “Brandsplaining: Why Marketing is (Still) Sexist And How To Fix It” de Jane Cunningham y Philippa Roberts.
- La brecha salarial se ha reducido tras las subidas del SMI y actualmente se sitúa en el 20,9% en España, publicado por Neutral.
- Solo 15 de los 133 líderes que llegaron a Dubai en la COP 28 era mujeres.
- Las brechas significativas de género de las ejecutivas al mando de las empresas, se mantiene entre un 8% y un 10% para las mujeres CEO frente al resto de CEO hombres en Perú, según el reciente informe sobre: "El reto del liderazgo femenino desde Internet", elaborado por CAFÉ TAIPÁ 🛡️ Consultores en Marketing de Reputación y publicado en Diario Gestión.
- El edadismo laboral es femenino: Del total de parados mayores de 50 años, 454.300 son mujeres, frente a 383.300 hombres, según la EPA.
- "Las mujeres dedican el doble de tiempo al cuidado de los hijos que los hombres", o que "Un 44,1% de los hombres asegura que se ha llegado tan lejos en la promoción de la igualdad de las mujeres que ahora se está discriminando a los hombres”, publicado por CIS.
- "Sólo el 35% de los trabajadores tiene facilidades para conciliar", informe elaborado por Infojobs.
Todos los datos presentados duelen, pero nos ayudan a tomar perspectiva de las cosas que se tienen que mejorar y nos marcan un camino que nos ayuda a saber de dónde venimos para clarificar hacia donde vamos.
Así como existen estos datos, también existen datos favorables y esperanzadores que nos ayudan a ver el vaso medio lleno y que la corresponsabilidad es un aspecto de la vida diaria que tenemos que poner en práctica. Pero antes de entrar en terrenos ideológicos y pantanosos argumentos políticos, debemos plantearnos si tenemos medidas nuestras conductas o gestiones para que esta situación mejore; y para ello debemos de empezar con una métrica. Yo lo hice y, al ver los resultados, tenia la cara pintada de todos los colores (menos del morado), y dejé de llenarme la boca con argumentos intelectuales y me puse a trabajar en ello.
Porque de eso se trata la métrica, medir para saber, para poder tomar una decisión y avanzar (haciendo y comunicando). Así como mides los intangibles, el apetito de riesgo, tu CAPEX, o tu performance corporativo, ¿porqué no hacerlo con las cosas que puedes mejorar desde tu posición. Algo maravilloso que tiene la métrica es que te ayuda a descubrir sesgos y prejuicios que se heredan y que se pueden frenar o cambiar. ¿Puede la publicidad a través de sus marcas representar a la sociedad actual? ¿pueden las marcas ser la punta de lanza para romper con los estereotipos? Aun no tengo respuesta, pero estamos trabajando en ello.