Les mostramos una pequeña parte de nuestra intervención en la Primera Jornada de Marca Personal en el Centro de Cultura Sa Nostra en Palma de Mallorca, organizado por la Fundación ASIMA y en ella se desarrollaron todas las líneas de trabajo sobre la marca personal donde se contaron con profesionales de gran nivel.
Dentro de las intervenciones se enfatizó que una buena marca personal ayuda a ser coherente con las cosas que dices o prometes con las cosas que haces o cómo te comportas.
Actualmente vivimos en una sociedad recargada de información, donde todo y todos nos prometen o dicen ser buenos hasta que se descubren irregularidades que ponen en duda su veracidad. Muchas empresas que decían ser verdes (y al final se descubre que contaminan más que otras), políticos que dicen o prometen “A” (cuando las cosas terminan siendo “B”), o marcas que dicen ser sociales (cuando no lo son). Toda esta carga informativa y estas continuas sorpresas de comprobar de que las cosas no son como dicen ser ha generado en las personas:
- Una insensibilidad a la información recibida: Actualmente estamos expuestos a un sin fin de mensajes de los que podemos procesar. Todo ello ha generado que las personas asuman la carga de comunicación en un segundo plano dentro de su criterio de prioridad. “Un ejemplo de ello lo encontramos cuando abrimos nuestro buzón de correos y encontramos folletos de publicidad de comida china, de algún gimnasio o de un supermercado; inicialmente nosotros no vemos ni las marcas, ni los precios, ni los colores, solo nos enfocamos en leer si existe un sobre que contenga nuestro nombre”.
- Un traspaso de la confianza a otros actores, la confianza que teníamos en las instituciones públicas y privadas o con el gobierno hace 20 años ha ido cambiando hasta encontrarnos en un punto en el cual las personas se muestran más críticas o no creen los mensajes cuando vienen del presidente de una empresa (o del gobierno) y confían más en personas de a pie de calle, o en desconocidos a través de internet.La situación actual es particular, tenemos a personas que son insensibles a los diversos mensajes de comunicación que enviamos y, si logramos captar su atención, no nos creen los mensajes que queremos comunicar.
Según el estudio Building Belief, de la asociación The Arthur W. Page Society, los datos son contundentes, el 56% de los consumidores duda comprar un producto si no saben quien lo hace, 7 de cada 10 consumidores confían en las recomendaciones online de usuarios desconocidos. Las personas confían más en lo que dice otras personas como tu o como yo, frente a lo que una marca le pueda decir a través de un anuncio publicitario.
Actualmente nuestras fuentes de legitimidad no se encuentran en los partidos políticos o en la publicidad; se encuentran en las personas que nos recomiendan productos, lugares, marcas e instituciones. Frente a este cambio, el concepto de autenticidad sale a relieve ya que se muestra a una persona u organización de forma genuina y también refleja la esencia de cada uno. Ser auténtico no significa ser Superman, tampoco significa caerle bien a todos. Ser auténtico significa saber tus limitaciones, fortalezas y no tener miedo de asumirlas o mostrarlas en público, es lo que te hace único del resto. Para llegar a una autenticidad primero tienes que saber quién eres, definir tu identidad y con ello iniciar el trabajo de tu marca personal.
Una marca personal ayuda a saber situarte interna y externamente ya que requiere de un trabajo de definición de quién eres, cuáles son tus valores y cuáles son tus sueños. Una vez que logras acercarte a definir tu identidad o lo “que eres” el paso siguiente será mostrarlo ante las personas que pueden ayudarte a lograr tus sueños u objetivos. Es por eso que la importancia de tener una marca personal es que, al conseguirla, ya has marcado un hito (un antes y un después en la forma con la que afrontas tus proyectos) que va de adentro (de ti) hacia fuera (con los que te relacionas). Una buena marca personal es como la oruga que se convierte en mariposa, es un proceso de cambio y de conciencia de lo que eres y hacia donde puedes llegar.
Con la marca personal vamos a poder ser nosotros mismos y poder elegir a las personas que valoren lo que somos. Un buen ejemplo es el del motero:
“Si uno es motero, ya puede ser hombre o mujer, ingeniero o publicista, tener dinero o no tenerlo… eres motero y la gente que te conoce sabe que siempre les vas a hablar de motos con mucha pasión, no les será extraño que estés ahorrando para comprarte una moto, o que montes un taller de motos, o algo que haga que sigas siendo tu…. Y aun así no menciones la palabra moto en una reunión, se respirará tu pasión. Toda esa pasión que tienes te llevará a que contactes con gente similar a ti y también con gente que no esté de acuerdo con lo que eres. No tienes que gustarles a todos.”
El cuanto al concepto del éxito, si has definido bien tu marca personal, podrás saber cuál será tu meta y también quiénes podrían ayudarte o de quienes es mejor mantenerse al margen. Frente a esa proyección deseada solo tienes que trabajar mucho y paso a paso de forma constante por la pasión que te mueve.
La pasión hace que seas único, y que consigas tiempo para hacer lo que quieres; ejemplo de ello lo encontramos en personas de a pie que han sabido transportar su pasión como la del pediatra Jorge Muñoz, cofundador la ONG de Ayuda al Chad, o la de Bárbara Mesquida, bodeguera-emprendedora quién se atrevió a lanzar su propia marca de vinos Bodega Mesquida Mora, la de un creativo y artista como Antonio Fernandez-Coca, en profesionales de la consultoría como María Gómez, o hasta en empresas como las directoras de Mapfre (Clara Bazán) y de la revista Hola (Arancha González).
La marca personal no se elabora con el fin de buscar trabajo o cambiar de vida, la definición de tu identidad se realiza para que seas feliz haciendo lo que te gusta guiado de tu pasión.
Todo esto se ve reflejado a través de lo que dices y también de lo que haces que te dará como resultados una reputación que ten dan los públicos con los que te relacionas. En el ultimo estudio de Weber Shandwick, The CEO Reputation Premium llegaron a determinar que la reputación del líder o CEO de la empresa es capaz de atraer inversiones hasta en un 87%, a los medios de comunicación en un 83%, una atracción del talento en los empleados de un 77%.
El futuro se muestra alentador ya que la misma estructura social nos pide que seamos más genuinos y auténticos para poder gozar de la confianza y de la legitimidad de las personas con las que nos relacionamos. Frente a ello, los trabajos de la definición de la identidad se encuentran reforzando los trabajos de la marca personal ya que actúan como palancas generadoras de pasión, inspiración, contraste y debate.
No soy Supermán, soy mejor que eso. Soy una persona que se equivoca, que tiene limitaciones, que se esfuerza y se supera... pero sobre todo que quiere ser feliz en su imperfección.